Somnolencia, modorra, abulia, inacción, desgana …
Cuando alguien se deja llevar por la ilusión seguramente se desilusiona. Pero la terca realidad que puede matar, y muchas veces mata, destruye, aniquila, también alivia males “incurables”. Y aparece un Pancho Villa que cambia rumbos de un país entero, impulsado desde abajo con la fuerza acumulada en pasados remotos y recientes. Y sobrevive a los atentados, a las balas y a las traiciones el viejo indio sureño de apellido Zapata. Y un argentino que recorre su América a pie, en aventones o en precarios vehículos, levanta olas de mar profundo que siguen meciendo sueños y espantando pesadillas.
Y cuando el monstruo está seguro de haber asesinado a su presa, la presa se levanta y tras el asalto al símbolo de la fuerza del que lo atropella (llámese Alhóndiga, Bastilla o Moncada) el rumbo se reajusta y, pasado el tiempo vuelve a reajustarse y quienes fueron presa vuelven a ganar distancia y su búsqueda continúa y su esperanza destella y la vida sigue y sigue y la somnolencia, la modorra, la abulia hay que sacudirla y perseguir estrellas que se adelantan cada vez más rápido pero de las cuales estamos cada vez más cerca.
Cuando alguien se deja llevar por la ilusión seguramente se desilusiona. Pero la terca realidad que puede matar, y muchas veces mata, destruye, aniquila, también alivia males “incurables”. Y aparece un Pancho Villa que cambia rumbos de un país entero, impulsado desde abajo con la fuerza acumulada en pasados remotos y recientes. Y sobrevive a los atentados, a las balas y a las traiciones el viejo indio sureño de apellido Zapata. Y un argentino que recorre su América a pie, en aventones o en precarios vehículos, levanta olas de mar profundo que siguen meciendo sueños y espantando pesadillas.
Y cuando el monstruo está seguro de haber asesinado a su presa, la presa se levanta y tras el asalto al símbolo de la fuerza del que lo atropella (llámese Alhóndiga, Bastilla o Moncada) el rumbo se reajusta y, pasado el tiempo vuelve a reajustarse y quienes fueron presa vuelven a ganar distancia y su búsqueda continúa y su esperanza destella y la vida sigue y sigue y la somnolencia, la modorra, la abulia hay que sacudirla y perseguir estrellas que se adelantan cada vez más rápido pero de las cuales estamos cada vez más cerca.
1 comentario:
Es muy hermoso lo que has escrito. Bello con la belleza de lo simple, certero, irrebatible.
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